Principales diferencias entre una fosa séptica y un biodigestor

Cuando hablamos de sistemas de saneamiento generalmente pensamos en un inodoro, pero no sólo se reduce a eso, un sistema de saneamiento es una infraestructura enorme que generalmente vemos en las zonas urbanas, pero lamentablemente no todos pueden acceder a esto.

Para la Organización de las Naciones Unidas, el acceso al agua y a un saneamiento digno es un derecho humano fundamental, sin embargo, actualmente aún cerca de 1800 millones de personas utilizan agua de fuentes contaminadas, muchas veces con restos fecales.[1] 2600 millones más, carecen de acceso a servicios de saneamiento básicos, como retretes o letrinas y aunque desde 1990 cerca de 1700 millones de personas han conseguido acceso al agua potable libre de impurezas, aún falta mucho por hacer, pues aproximadamente 884 millones en todo el mundo aún no tienen acceso a este líquido.

Soluciones de saneamiento

Soluciones de saneamiento a través de la historia

Hace miles de años ya se usaba un método de saneamiento que, aunque no era nada salubre, si fue útil, para su tiempo.

Hablamos del pozo negro o pozo ciego, que tiene sus orígenes en Babilonia, aproximadamente hace 4000 a.C. y este era básicamente un hoyo en la tierra donde se almacenaban los desechos humanos, como podríamos esperar, el olor era insoportable y gracias a la filtración, los pozos negros contaminaban los mantos acuíferos subterráneos.

Los romanos mejoraron sus sistemas de saneamiento y dividieron las aguas negras del agua potable mediante alcantarillas en las calles, también se decretó que todos los hogares debían conectarse a las alcantarillas, todo esto cerca del año 100 d.C. además fueron los primeros en reutilizar el agua, pues la que usaban para los baños y termas públicos, era utilizada después para baldear las letrinas.

La edad media es considerada como la peor época en términos de saneamiento urbano, pues además de regresar al uso del pozo negro, también se acostumbraba arrojar la suciedad a la calle, propiciando que la población de animales ponzoñosos creciera, entre ellas las ratas que ahora se sabe, fueron la principal causa de la peste negra, que acabó con cerca de la mitad de la población de toda Europa.

No fue sino hasta el Siglo XVII que John Harrington creó el inodoro, que gracias a que adaptó un depósito de agua en la letrina, permitía llevar los desechos directamente del hogar a las alcantarillas y pozos negros.

Aproximadamente en el año 1860, en Francia, John Mouros realiza el primer diseño de una fosa séptica.

Este consistía en una cámara de concreto que cerrara herméticamente, dentro hay otras dos cámaras, en la primera de ellas se reciben todos los desechos y se va llenando, los residuos sólidos más grandes se asentarán y el agua que quede en la superficie pasará a la segunda cámara, los residuos se descompondrán de manera natural, mediante las mismas bacterias que contienen. Una vez terminado el proceso el agua gris sobrante generalmente es usada para labores de riego, sin embargo, es necesario que personal capacitado vacíe la fosa séptica, ya que es común que se concentren olores fuertes y que podrían ser dañinos para la salud humana, tales como Sulfuro de hidrógeno, metano, amoniaco, monóxido de carbono y dióxido de azufre.

 

Biodigestor, la solución más moderna

Es increíble que después de tantos años, aún se utilicen las fosas sépticas, pues si no se construyen de manera correcta, son un peligro ya que pueden contaminar el suelo y filtrarse hasta los mantos de agua subterránea, por esta razón Rotoplas ha desarrollado el Biodigestor Autolimpiable.

El Biodigestor Autolimpiable de Rotoplas es un equipo para el tratamiento de aguas negras y grises, que cuenta con su propio sistema de autolimpieza que purga el lodo sin necesidad de usar equipos especiales, también utiliza un filtro anaerobio interno que aumenta la eficiencia del tratamiento del agua, el uso de este Biodigestor es tan sencillo como abrir una llave que hará que los lodos se trasladen al pozo o registro, estos lodos deberán dejarse secar con un poco de cal por dos meses, una vez que pase este tiempo, este lodo puede utilizarse como un abono 100% natural, además el agua puede usarse para labores de riego.

Esta es una de las principales ventajas de un Biodigestor frente a una fosa séptica normal, que los lodos tienen una utilidad amigable con el medio ambiente y tienen un uso real, además el realizar todo el proceso de vaciado es muchísimo más sencillo que con una fosa séptica, pues no se necesita de herramientas especiales, esto lo hace mas seguro también. La integridad estructural también es una clara ventaja que tiene el biodigestor, pues está elaborado en polietileno de alta densidad de una sola pieza, lo que garantiza que no tendrá fugas y puede ser instalado sin problemas bajo tierra, cuenta con una garantía de hasta 5 años.

Su capacidad también es una fortaleza, pues a pesar de su tamaño reducido, puede dar servicio hasta a 233 personas con su presentación de 7000 litros, con una fosa séptica común tendríamos que realizar una excavación enorme para igualar la capacidad del Biodigestor Autolimpiable de Rotoplas.

Como vemos, el Biodigestor Autolimpiable de Rotoplas sustituye de manera eficiente el uso de fosas tradicionales de concreto, haciéndolo higiénico, económico, sin malos olores ni contaminación, con este biodigestor ayudas a la conservación de los mantos freáticos y cuidas el medio ambiente, además de reducir el riesgo de enfermedades gastrointestinales.

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