¿Cómo sacar el mayor provecho de la temporada de lluvias en las sierra de Perú?

La sabiduría campesina del Perú ha logrado conectarse y entender el clima propio de cada estación, hasta el punto de contar con su propio calendario de cultivo, que se encargaba de distribuir las actividades agrícolas durante el año. En julio se preparaba la tierra, se sembraba papa en los meses siguientes, en septiembre se obtenían las verduras y ajíes. En mayo se cosechaban el maíz y las papas, en junio y así se entendían y respetaban los ciclos naturales de la Sierra; al menos hasta hace muy poco.

 

En la actualidad, el fenómeno del Niño y el calentamiento global han alterado estos patrones climáticos, consiguiendo que los veranos sean más secos y calientes, mientras que las temporadas de lluvia son más fuertes y contundentes; llegando incluso a crear alertas en ciertas zonas.

temporada de lluvias

Si tenemos en cuenta la problemática del agua potable en el país y la tecnología actual, pues se asoma una solución sencilla y real para la población y la agroindustria: captar el agua de lluvia para la temporada de sequía.

 

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La temporada de lluvias en la Sierra de Perú

La Sierra de Perú tiene su propio clima, un poco más frío y estacional y en el que las lluvias comienzan a llegar en el mes de noviembre y se extienden hacia el mes de abril. En los años anteriores las precipitaciones comenzaron a ser mucho más frecuente, extendidas y que acumulan entre 10 a 30 mm por día en diferentes zonas de la sierra, como registra el Servicio Nacional de Metereología e Hidrología (Senamhi). Esto ha resultado incluso en la necesidad de activar planes de evacuación, zonas seguras y otros planes de continencia frente a posibles emergencias como inundaciones o desbordamiento de ríos como el Marañón.

 

Esta actividad pluvial pone en un estado de alerta a la población, pero también a los productores, quienes se ven obligados a cambiar el calendario de siembras para poder ajustarse a estas eventualidades climáticas. Pero en medio de esta tragedia podríamos cambiar nuestra perspectiva y aprovechar la temporada de lluvias en la sierra de Perú, no sólo en la actualidad sino en los años venideros. Esto tendría un impacto positivo increíble en las localidades rurales, no sólo para los productores sino para las personas que no tienen acceso al líquido desde un sistema de acueductos.

El problema del agua en Perú

La pandemia de COVID-19 puso en evidencia un problema harto conocido: una buena parte del Perú carece del acceso al agua potable y obras de saneamiento. En un estudio hecho por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass) se reveló el impacto en la salud y calidad de vida que tiene el acceso al agua potable a través de una red. De hecho, las posibilidades de contagio del virus se reducen hasta en un 25% cuando se tiene acceso a este servicio.

 

Para que se cumplan las condiciones óptimas de higiene en la población, se debe tener acceso continuo al menos a 150 litros de agua por persona al día. Para que esto sea una realidad para todos los ciudadanos del país se requeriría la inversión de casi 21 mil millones de dólares, con los que se crearían a lo largo de una década las infraestructuras necesarias de conducción y tratamiento de agua en las zonas pobladas. El alcance y costo de estas obras se ven un poco lejanos, mientras que las personas y productores de la agroindustria sufren las consecuencias.

Almacenar la lluvia: una solución real

Recolectar el agua de lluvia no es una práctica nueva ni complicada. Es la forma en la que nuestros ancestros se procuraban agua potable desde tiempos inmemoriales. Si conjugamos esta técnica con la tecnología actual tendremos una forma de recolectar y mantener agua potable de alta calidad química para todo el año, sin tener que depender de los sistemas de acueducto. Un tanque de almacenamiento de agua elaborado en materiales de alta calidad tiene una larga duración, no requiere mantenimiento especializado y es completamente independiente, por lo que es ideal para captar agua de lluvia.

 

La recolección de agua de lluvia puede hacerse de forma empírica, utilizando redes de tubería, que se conecten a canaletas que capten el agua por escurrimiento de techos y otras estructuras. Esta agua se canaliza a tanques de almacenamiento (disponibles en capacidades entre 2 mil a 10 mil litros), que se encargarán de conservarla en perfecto estado por mucho más tiempo. Incluso tener un contenedor a cielo abierto puede ayudarte a recolectar el agua de lluvia para su uso posterior.

 

Los tanques Rotoplas están hechos de polietileno virgen, en una sola pieza. Cuentan con un recubrimiento especial que inhibe el crecimiento bacteriano y una capa exterior que repele los rayos UV. Con esto se consigue que el agua de lluvia, que es naturalmente pura, conserve sus características organolépticas por mucho más tiempo. Esta agua es potable y puede usarse dentro del hogar o en la industria agropecuaria, para el riego y limpieza.

Si bien esperar por una solución definitiva para el problema del agua puede tomar más tiempo del que quisiéramos, si que es posible crear mecanismos para aprovechar la temporada de lluvias en Perú. La autogestión y el desarrollo sustentable es la verdadera respuesta para crear mejores condiciones y calidad de vida.

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