Todo lo que debes de saber sobre fertilizantes orgánicos y minerales

El suelo tiene todos los nutrientes necesarios que garantizan el crecimiento y desarrollo de la planta; esto puede ser la diferencia entre que la planta dé muchos frutos o apenas unos pocos.

Sin embargo, cuando se trata del cultivo de alimentos no hay espacio para el azar, es necesario ofrecerle a la planta lo que necesita con precisión, pues de esto depende el rendimiento de la cosecha. Esto se puede lograr con ayuda del uso de fertilizantes adecuados.

Este proceso de la agroindustria no puede pasar desapercibido, por lo que a continuación vamos a explicar todo lo que debes saber sobre los fertilizantes, de este modo lograremos entender su funcionamiento, qué son y qué tipos existen, además de la mejor forma de conservarlo con los tanques Rotoplas.

Tanque Industrial 10000L Rotoplas

Definiendo los fertilizantes

Podemos entender como fertilizantes todas las sustancias que incorporamos a las plantas y cultivos para nutrirlas. El objetivo de aplicar fertilizantes es incrementar o preservar la cantidad de ciertas sustancias en el sustrato, garantizar su calidad nutricional y con ello, estimular el crecimiento y desarrollo de los frutos.

A diferencia de los seres humanos, que requerimos una gran variedad de nutrientes y compuestos complejos como aminoácidos o vitaminas, sino que las plantas son capaces de crear lo que necesitan. Absorben unos 17 elementos químicos del suelo y los transforman en su alimento. Por distintas razones, algunos de estos elementos pueden ser escasos, así que podemos facilitar la tarea de la planta usado distintos tipos de fertilizantes.

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Tipos de fertilizantes

Hay fertilizantes para el suelo, para las plantas, en formatos líquidos o sólidos; pero la forma más adecuada de clasificarlos es a través de su origen y composición, lo que nos lleva a separarlos entre orgánicos y minerales.

Fertilizantes orgánicos:

Hacen referencia a aquellos fertilizantes o abonos que se derivan de procesos orgánicos. Por ejemplo, la materia orgánica generada por lombrices, insectos, hongos y bacterias. También es considerado como abono orgánico los residuos de vacas y ovejas, además del guano de aves. Algunos residuos de la actividad agrícola también pueden usarse como fertilizantes.

Estos materiales pueden aprovecharse porque cada uno aporta diversos elementos químicos al suelo. Por ejemplo, los huesos de animales aportan fosfato. Las heces contienen nitrógeno, mientras que las cenizas poseen gran cantidad de potasio. Todos estos son fundamentales para el desarrollo adecuado de las plantas y suelen conocerse como fertilizantes naturales.

Fertilizantes minerales o químicos

Son aquellos fertilizantes producidos por el ser humano, es decir, aquellos que adquirimos de forma comercial. Se consiguen por procesos químicos inducidos sobre la materia y si bien son producidos de forma industrial, siguen extrayéndose de fuentes naturales.

Los fertilizantes minerales permiten un abonado selectivo de los cultivos, esto es porque es posible elegir con precisión el balance de nutrientes de la fórmula, lo que permite escoger los más adecuados según las necesidades de las plantas. Esto es una gran ventaja, pero también requiere que se conozco mucho más sobre las plantas y el suelo, porque si se aplican de forma inadecuada se puede perjudicar la planta por exceso de nutrientes.

¿Cuál es el mejor fertilizante para plantas?

El mejor fertilizante es aquel que responda a las necesidades del cultivo. No existe un tipo de fertilizante mágico y universal, que sea perfecto para todas las plantas, pues hay unas que requieren más nutrientes que otros. Por otro lado, también dependerá de la riqueza del sustrato y otras condiciones externas, como el clima, temperatura y otros elementos.

Es importante hacer la diferenciación entre abonos y fertilizantes. Si bien se suele llamar abono a los fertilizantes orgánicos, mientras que se le llama fertilizantes a los inorgánicos. Otra diferencia entre ambos es la forma de aplicarlos. Los fertilizantes orgánicos se mezclan con el sustrato, para que la planta pueda aprovechar los nutrientes y minerales de forma directa.

En cambio, los fertilizantes minerales se aplican sobre la planta, de una forma mucho más directa. Por esta causa, es mucho más seguro usar abonos, porque es una fertilización indirecta en la que la planta se autorregula, sin incurrir en excesos; cosa que si puede pasar con los fertilizantes minerales que podría quemar las plantas y matarlas en caso de algún exceso.

Siempre es importante estudiar las necesidades nutricionales de los cultivos, además de tener en cuenta otros factores como el PH del sustrato y otros requerimientos. En caso de que no tengas mucha seguridad en estos datos, es mejor el empleo de abonos naturales, pues evitarás la posibilidad de pasarte con el exceso de nutrientes. Otra opción es usar un fertilizante balanceado, con una proporción NFK 5-5-5, que proporcionará todo lo básico que requiere la planta.

Almacenando fertilizantes

Si usas fertilizantes en tu cultivo, probablemente necesitarás adquirirlos en grandes proporciones y tendrás que almacenar parte de estos para cumplir los ciclos adecuados de fertilización para maximizar la rentabilidad de la cosecha. El fertilizante, desde esta perspectiva, resulta vital y debe mantenerse en condiciones óptimas.

Para lograrlo, puedes adquirir los tanques industriales Rotoplas, que se encargarán de mantenerlo libre de contaminantes. Como si fuera poco, evitará que se humedezca o sufra los embates climáticos, evitará el paso de los rayos UV y otros elementos que puedan alterar su composición. Invertir en un tanque industrial Rotoplas es la forma más inteligente de proteger tu patrimonio.