5 medidas para cuidar el agua que puedes implementar en casa

Cuidar el agua es una responsabilidad social, si es que queremos garantizar el suministro para futuras generaciones. La contaminación, el efecto invernadero y otras problemáticas relacionadas al calentamiento global han convertido una prioridad la implementación de medidas para cuidar el agua.

Para las personas que cuentan con el gran privilegio de tener agua corriente en casa, sobre todo en ciudades y grandes poblados, es fundamental reconocer que existen cambios de hábitos y prácticas que se pueden implementar para disminuir el consumo en exceso y desperdicio del recurso natural; sobre todo porque los mayores consumidores de agua provienen de estos espacios urbanos. Necesitamos un poco de consciencia, y seguir unas cuantas medidas para cuidar el agua para lograr un gran cambio.

5 medidas para cuidar el agua

1. Modifica tus hábitos de consumo de agua

Presta atención a la forma en que utilizas el agua en tu hogar y fuera de este. ¿Eres de las personas que deja correr el agua mientras lava? ¿Has usado la manguera para limpiar el patio? ¿Lavas esa prenda de ropa sola en la lavadora porque quieres usarla? ¿Tardas horas bajo la ducha? Son pequeños detalles, que parece que no suman mucho; pero que poco a poco van creando un desperdicio inmenso de agua. Es imprescindible que te hagas consciente de cómo tiras agua todos los días, sin ninguna necesidad, sólo porque no tienes el hábito de hacer algo tan pequeño como cerrar la llave.

Este es el momento para cambiarlo. Coloca recordatorios, escribe todo aquello que quieres cambiar y comienza a transformarlo. Si eres capaz de mantenerlos por al menos 21 días, ya te habrás creado un hábito nuevo.

2. Vigila el manejo de aguas negras

Una de las grandes amenazas del suministro de agua está relacionado con la contaminación de las fuentes de agua, sobre todo por el vertido de aguas negras sin tratamiento en los cuerpos de agua superficiales o de pozos superficiales. El manejo de aguas negras tiene un rol capital en esta problemática, sobre todo en áreas rurales o alejadas, en las que se emplean técnicas antiguas y poco eficientes de manejo de aguas residuales (pozos negros, fosas sépticas).

Es importante conocer qué ocurre con las aguas residuales que salen de tu vivienda, ¿a dónde van a parar? ¿Hay conexión con la red de alcantarillado público? En caso contrario, ¿qué sistema de tratamiento se tiene? Si no tienes conexión con las redes de tratamiento municipales, considera la instalación de un biodigestor, que es una alternativa muy económica y eficiente, además de ser amable con el ambiente.

3. Mantén la plomería en buen estado

Un tubo goteando puede vaciar una cisterna en cuestión de días o incrementar el consumo de agua de forma desproporcionada. Parece poco, la tenacidad de una gota que fluye 24/7 tiene un impacto severo en tu nivel de consumo. Es por esta razón que resulta imprescindible vigilar que todo el sistema hídrico, incluyendo plomería y grifería, esté en perfecto estado. Esto incluye la integridad de la tubería que está en las paredes o bajo tierra.

Para detectar posibles fugas, cierra todas las llaves de agua y pide a la familia que no abra ninguna ni accione los baños durante un buen rato y revisa el medidor de agua que debe estar ubicado en el exterior de tu vivienda. Si hay un cambio, es muy posible que tengas un escape de agua por lo que deberás llamar a un profesional.

4. Renueva tus electrodomésticos

Si está dentro de tus planes y presupuesto, considera renovar electrodomésticos como lavadora y lavavajillas por aquellos que cumplan con la normativa A+, A++ o A+++; pues estos aparatos más modernos cuentan con un diseño especial que les permite utilizar un 50% menos de agua y electricidad, pues incluyen sistemas inteligentes y programas de media carga. Esto puede representar un ahorro grande a largo plazo en las cuentas de estos servicios.

Si no está dentro de tus posibilidades inmediatas, comienza a utilizar estos aparatos al máximo de su capacidad en cada carga. Esto te permitirá optimizar el uso de agua, detergentes y electricidad.

5. Reduce el consumo de carne

Te preguntarás, ¿qué tiene que ver el consumo de carne con el agua? Pues tiene mucha relación. La producción de cualquier bien genera una huella hídrica, que es la cantidad de agua que se utiliza en el proceso de manufactura hasta que llega al consumidor final. En el caso de la carne de res, se requieren unos 15 mil litros de agua para producir apenas medio kilo pero producir medio kilo de maíz se requieren apenas 450 litros. La diferencia es abismal y es que la industria ganadera es uno de los mayores productores de gases de efecto invernadero.

Para minimizar el impacto, se han implementado iniciativas como los “Lunes Sin Carne”, en los que se sugiere a la población comer proteínas de origen vegetal (granos, frijoles, lentejas quinoa, entre otros) en vez de carne. No hace falta hacerse vegano, pero si balancear tu alimentación durante la semana con fuentes alternativas de proteínas. No sólo hará mucho por el ambiente, sino por tu salud y tu presupuesto.

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