5 estrategias para mejorar la salud materna
El bienestar del bebé suele anteponerse al de la madre, pero son dos elementos que están intrínsecamente ligados.
Es imprescindible entender que la relación entre estos dos seres trasciende el aspecto emocional y pasa también al plano físico, así que deben entenderse como un equipo, cuya salud debe mantenerse en equilibrio para lograr un desarrollo óptimo, ya sea en el periodo de embarazo y post parto. Para lograrlo te compartimos estas 5 estrategias para mejorar la salud materna.
¿Cómo mejorar la salud materna?
1. Presta atención a la salud mental
Mucho se habla acerca de la importancia de cuidar la alimentación, hacer ejercicio y mil consejos más pero rara vez se presta atención a la salud mental de la madre.
Ser la responsable directa de la vida de un ser humano que depende completamente puede ser agotador, esto sin mencionar los cambios drásticos que sufre el cuerpo femenino durante el embarazo, además de las alteraciones hormonales. Por esta y muchas otras razones, la depresión post-parto es una realidad.
La salud mental comienza respetando aspectos como la alimentación y el descanso, pero también buscando espacios sanos para expresar de forma asertiva los sentimientos, preocupaciones y temores.
Es muy importante contar con una red de apoyo, que puede estar conformada por la familia, pareja, amigos y hasta por profesionales de la salud, que ayudarán a despejar dudas y temores. Es fundamental estar alerta por si aparecen signos de depresión o ansiedad, pues se debe redirigir a un profesional adecuado que pueda ofrecer herramientas para manejarlas.
2. Bebe más agua
Si tomar agua es importante, se convierte en algo vital cuando estás esperando un bebé o amamantando. En primer lugar, se duplica el volumen sanguíneo a expensas del agua, además se requiere más agua para poder formar el líquido amniótico y satisfacer las necesidades del crecimiento del bebé.
Por otra parte, se producen más sustancias de desechos durante el desarrollo y crecimiento fetal, que necesitan agua para ser eliminados con facilidad.
Para poder hacer frente a todos los requerimientos de hidratación se debe aumentar la ingesta de agua a unos 2.5 litros diarios, al menos. Luego del parto, durante la lactancia debe mantener el régimen de hidratación e incluso aumentarlo pues más del 85% de la leche materna es agua.
Parece mucho, pero es un hábito que puedes adquirir si tienes un vaso de agua cerca en todo momento y vas tomando pequeños sorbos a lo largo del día.
Si estás en el primer trimestre y sufres de náuseas, tomar agua con mucho hielo puede ayudarte a controlarlas. Mucho mejor si es agua alcalina, que puede ayudarte a calmar la acidez de tu estómago.
Instalar un filtro purificador y alcalinizador es la jugada maestra para las madres, porque no sólo aumentarás tu consumo de agua, porque la tendrás a la mano y libre de plástico, además de que tendrás la seguridad de que tú y tu bebé estarán tomando el agua más pura.
3. Cuida la alimentación
Cuidar la alimentación durante el embarazo no significa comer más, o comer sólo cosas elaboradas y complicadas.
Comer mejor significa aprender a prestarle atención a lo que consumes cada día, buscando un equilibrio adecuado de los nutrientes. Es necesario dar prioridad a la comida fresca y real, esa que preparas en casa, la de toda la vida que hacían las abuelas y en las que intervienen ingredientes locales, nada de enlatados o procesados.
Una persona embarazada requiere apenas unas 400 calorías diarias extras al día. Esto no es mucho: un vaso de leche y una taza de cereal, o dos rebanadas de pan y algo de queso. El verdadero aumento tiene que estar en la cantidad y calidad de nutrientes que consumes, es decir, que debes consumir alimentos ricos en vitaminas, minerales y proteínas: mucha fruta, vegetales, carnes magras, frijoles y cereales. Presta atención a vegetales de hojas verdes, huevos, carnes, lentejas y otras fuentes de hierro y ácido fólico.
4. Visitas regulares al médico
Asistir a los controles prenatales te permitirá monitorear tu salud, además del desarrollo del bebé. Estas visitas deben ser mensuales, hasta alcanzar el séptimo mes del embarazo, cuando se harán quincenales.
En la última fase, cuando se acerque la fecha del parto, pueden ser semanales.
Seguramente el médico te indicará tomar algún suplemento de ácido fólico, pondrá atención a tu tensión arterial e indicará alguna ecografía.
Los controles pueden ayudarte a detectar cualquier posible complicación y ofrecerte los medios para controlarla, además te ofrecerán apoyo e información en caso de que tengas alguna duda o temor acerca del proceso.
5. Necesitas mantenerte activa
Tu cuerpo está pasando por un montón de cambios y transformaciones, además tendrás que pasar por un proceso complicado que es el parto. Necesitas prepararte física y mentalmente para ello y una forma sencilla de hacerlo es a través de la actividad física.
En caso de que tengas un régimen de ejercicios o practiques alguna disciplina deportiva, consulta con el médico para saber si puedes seguir con el entrenamiento normal; es muy probable que puedas hacerlo sin problemas.
Si no estás muy acostumbrada, puedes caminar media hora cada día a tu ritmo al menos, esto también será beneficioso incluso, para tu salud mental.