Hábitos saludables para tener en home office
La llegada del COVID-19 a nuestras vidas supuso una transformación profunda de una serie de hábitos y costumbres, se convirtió en la oportunidad perfecta de implantar nuevos métodos y sistemas, entre ellos el Home Office. Según una investigación de la Universidad de Stanford, somos más productivos cuando trabajamos desde casa, pero también esto supone el reto de encontrar un nuevo balance en el que no descuidemos nuestro bienestar. Si al trabajo en sí, se le suman otras responsabilidades en casa, como por ejemplo, el cuidado de los hijos, la situación se vuelve un poco complicada, por eso que estos hábitos saludables para tener en home office encierran el secreto para ser productivos sin sacrificar la salud física y familiar.
– Designa un espacio de trabajo
Si tienes una biblioteca, estudio u oficina en casa, fantástico. En caso contrario designa algún espacio de tu hogar para que sea tu estación de trabajo. Una esquina en la mesa de la cocina o en el salón, donde estés cómodo. Nunca trabajes en tu habitación ni mucho menos en la cama. El objetivo es diferenciar el espacio, que tu cerebro sepa que cuando entras a ese sitio, vas a trabajar. Esto tiene un efecto en tu disposición y estado de ánimo, serás menos proclive a procrastinar. Platica con tus hijos y establezcan horarios. Pídeles que cuando la puerta esté cerrada, no te busquen a menos de que sea una emergencia. Si tus hijos son muy pequeños, establece los horarios con tu pareja o con alguien que te ayude a cuidarlos.
– Cuida tu hidratación
Estar en casa nos hace un poquito más perezosos y nos hace olvidar de los hábitos más simples. Mantenerse hidratado es fundamental para el correcto funcionamiento del organismo y para ello no hay substitutos: necesitas agua pura y fresca. Ya no tienes el dispensador de agua de la oficina, pero puedes instalar un purificador de agua que te permita disponer del vital recurso cuando lo necesites. Mucho mejor si tiene un sistema que elimine el sabor desagradable, el color y olor pues se te hará más fácil beberla. Mantén contigo siempre un vaso de agua y ve tomando pequeños sorbos a lo largo del día.
– Crea un horario y apégate a este
Una de las trampas más comunes del home office es trabajar todo el día, o crearse horario de trabajo poco sanos. Lo ideal es que escojas un horario razonable para empezar el día, programando además tiempo para comer y descansar en medio de la jornada laboral. Lo más importante es respetar ese horario.
– Mantén tus rutinas
Levántate a una hora razonable, desayuna, toma una ducha, cámbiate de ropa y ve a tu espacio de trabajo. Aunque no lo creas, usar una ropa diferente y mantener esas pequeñas rutinas también tienen un efecto positivo en tu cerebro, pues le estás diciendo que es hora de comenzar la jornada laboral. Si bien no tienes que vestirte como si fueras a la oficina, evita trabajar en pijamas.
– Evita las distracciones
Las tareas del hogar, la familia, redes sociales, televisión y otros son grandes elementos de distracción que pueden hacer mella en tu productividad. Anunciale a tu familia que estarás trabajando en determinado horario y que no te interrumpan a menos que sea una emergencia. Programa las actividades del hogar para un horario particular y apaga las redes sociales.
– Programa los breaks
Una jornada de trabajo larga e ininterrumpida puede ser contraproducente. El cerebro necesita un peuqeño respiro, así que no temas tomar unos minutos al día para descomprimir la tensión y cambiar de aire. Si puedes, sal y estira las piernas, prepara un café o una infusión, habla un poco con algún amigo o familiar, juega con tu mascota. Hay aplicaciones y sistemas como el método Pomodoro, que te permite planear pequeños breaks cada cierto tiempo.
– Haz ejercicio
Cuando haces home office te vuelves un poco más sedentario, pues no tienes ni siquiera la excusa del traslado a la oficina. Por esta razón es de vital importancia poner dentro de tu horario alguna actividad física. Puede que sigas un plan completo de ejercicios, que le des una vuelta a la cuadra, que hagas unos minutos de estiramiento o una rutina de principiante de yoga, lo que te provoque y disfrutes pero evita quedarte sentado todo el día. Esto hará que tengas problemas de espalda y dolores varios en pocos días. Moverse es necesario.
– Cuida tu alimentación
Además de tener una hidratación adecuada, se debe de mantener una alimentación balanceada. En casa es sencillo ceder a la tentación de comer cualquier bocadillo y seguir trabajando. Aprovecha que tienes el tiempo para preparar comidas saludables y balanceadas. Seguramente descubrirás que puedes ahorrar mucho dinero, porque ya no estarás comiendo fuera, y es probable que te quites algunos kilos extra por tus buenos hábitos.
Todos estos consejos apuntan a pequeños cambios de hábito que te permitirán adaptarte mejor a la realidad de la home office, creando espacios productivos sin que tenga u impacto negativo en tu salud y que te permita aprovechar ese tiempo extra para las actividades que enriquezcan tu vida: la familia, los amigos, los pasatiempos y aquellas cosas que te ayudan a ser feliz. Quizá te quede tiempo para aprender una nueva habilidad o para adquirir un nuevo hábito. Esto es una oportunidad y de ti depende el resultado.