Procesos para tratar el agua: Conoce el biodigestor
Cada vez que usas agua para alguna actividad, se desecha una cantidad igual o similar de agua pero cargada con desechos, detergentes o partículas contaminantes.
Conocidas como aguas residuales domésticas, aguas negras o grises (dependiendo de su origen), deberán recibir algún tratamiento para eliminar esos agentes externos antes de ser devueltas a la naturaleza; así evitar contaminar las fuentes de agua destinadas al consumo humano con bacterias, virus y patógenos, entre otros.
Para lograr este cometido existen diversos procesos para tratar el agua.
Si estás conectado a la red de acueducto municipal, las aguas negras corren hasta una planta donde reciben tratamiento y de allí se devuelven al mar. Pero, ¿qué sucede si estás en un lugar muy remoto? En este caso hay algunas alternativas de tratamiento independientes, pero la más ecológica y eficiente es el Biodigestor Rotoplas.
Los procesos para tratar aguas servidas
El tratamiento de las aguas negras no es tan simple como pasarlas por un filtro o un aparato similar. No sólo porque se maneja volúmenes importantes de agua, por lo que un sistema de filtrado y purificación sería ineficiente a nivel de costos, sino porque tienen distintos tipos de sustancias contaminantes que no deben ingresar a la naturaleza.
Podríamos afirmar que los procesos para tratar aguas pueden clasificarse en 3 tipos: físicos, químicos y biológicos. Para poder eliminar los contaminantes de las aguas servidas de forma adecuada, se deben someter a un proceso que comprende tres etapas principales:
- Tratamiento Primario: se encarga de separar y retener los sólidos suspendidos en el agua. Esto se hace dejando reposar las aguas, pues por acción de la física, los sólidos tienden a separarse y flotar. En las plantas de tratamiento grandes este es un proceso mecánico, que se hace con una máquina que reduce los aceites, grasa, arena otros desechos sólidos.
- Tratamiento secundario: es el tratamiento biológico de aquellos sólidos de origen orgánico que quedan suspendidos. Para esto se pueden emplear fangos activos, camas de oxidación o reactores biológico, entre otros.
- Tratamiento terciario: en este paso, una vez los sólidos orgánicos han sido degradados, el agua que queda se filtra y/o desinfecta antes de retornarse a la naturaleza. En las plantas municipales se le añaden químicos a las aguas para eliminar patógenos, minerales y otros.
Aún cuando el tratamiento de aguas servidas se haga de forma autónoma, es importante pasar por estas 3 etapas, pues es la única forma de garantizar que contaminantes y patógenos no se integren a la naturaleza, contaminando las aguas destinadas al consumo humano y causando graves enfermedades.
De hecho, esta es la razón por la que los métodos de tratamiento antiguos resultan ineficientes, pues no son capaces de cumplir con todas las etapas de tratamiento.
Algunos pozos negros y fosas sépticas, por ejemplo, no hacen tratamiento secundario eficiente, sino que se confía en la capacidad de filtrado del terreno y además deben vaciarse cada cierto tiempo con maquinaria especial, lo que termina siendo costoso además de poco amables con el ambiente.
Sólo hay un sistema de tratamiento de aguas residuales autónomo que es capaz de conjugar eficiencia con ecología: el Biodigestor Rotoplas.
El Biodigestor Rotoplas: la opción más eficiente
Un biodigestor Rotoplas es un sistema que hace el tratamiento de las aguas residuales domésticas de forma autónoma y eficiente, que al ser instalado de forma adecuada, es capaz de cumplir con todas las etapas requeridas para tratar las aguas servidas.
El biodigestor Rotoplas es una solución ecológica, eficaz y económica que permitirá resolver el problema de las aguas servidas sin causar un impacto negativo al medio ambiente y a la salud de la comunidad.
El biodigestor retiene las aguas residuales, las encierra dentro del contenedor hermético elaborado en polietileno de alta densidad 100% virgen, que estará bajo tierra (lo que garantizará que no haya fugas ni olores desagradables) y a través de un proceso anaeróbico que implica el trabajo de unas bacterias, se degrada la materia orgánica de forma natural.
No hace falta añadir ningún químico ni hacer ningún otro proceso. El biodigestor se encargará de todo el proceso. Luego se liberan esas aguas tratadas a un terreno a través de una zanja de infiltración, que complementará la última etapa de tratamiento.
Los lodos que se depositan en el biodigestor deberán ser eliminados cada año. Este proceso de mantenimiento no requiere equipo especializado ni personal profesional. Cualquiera puede abrir la llave y hacer el mantenimiento.
Esto es porque una de las características más importantes del biodigestor Rotoplas es ser autolimpiable, lo que te permitirá ahorrar en gastos de mantenimiento adicionales.
El Biodigestor Rotoplas utiliza un proceso 100% natural, en el que no intervienen productos químicos ni se requiere ningún tipo de electricidad o combustible para su funcionamiento.
Esto lo convierte en un producto respetuoso con el medio ambiente, no sólo porque devuelve a la naturaleza el agua sin contaminantes químicos u orgánicos, sino porque es sostenible y completamente autónomo. A diferencia de otros productos, no hace falta tener activadores, químicos ni aceleradores de bacterias.
Si estas en búsqueda de una solución para el tratamiento de aguas residuales que te permita hacer un uso eficiente de tu presupuesto y que funcione de verdad, los biodigestores son justo lo que necesitas.
Además, hay distintos tamaños y capacidades, por lo que será sencillo encontrar uno que responda a tus necesidades particulares. No dudes más: un biodigestor es la opción más responsable con tu comunidad y con la naturaleza.